El mono araña café (Ateles hybridus) es un primate endémico de Colombia y Venezuela, que se encuentra en peligro crítico de extinción (CR) debido principalmente a la pérdida y fragmentación de su hábitat. Esta especie se caracteriza por tener una dieta mayoritariamente frugívora, lo cual, junto a su hábito de ingerir semillas enteras y su patrón de movimiento amplio, le confieren un rol clave en la dispersión de semillas en los bosques neotropicales.

La taxonomía de este primate ha sido objeto de revisión en diversas ocasiones, y aún se debate el reconocimiento de sus dos subespecies: por un lado, A. h. brunneus, que se caracteriza por tener un pelaje café oscuro y es endémica de Colombia, ya que se encuentra distribuida en la región comprendida entre el bajo río Cauca y el margen occidental del río Magdalena, en los departamentos de Bolívar, Antioquia y Caldas; y por otro lado, A. h. hybridus, que tiene un pelaje café más claro y está presente desde el margen oriental del río Magdalena en los departamentos de Magdalena y César, en el suroccidente de la Guajira, en las vertientes de la Serranía del Perijá, y en el valle medio del río Magdalena hasta el límite con los departamentos de Boyacá y Cundinamarca.

Adicionalmente, existen poblaciones de esta subespecie en la cuenca del río Catatumbo en Norte de Santander, en el nororiente del piedemonte en Arauca, y en algunas regiones aisladas de Venezuela. Análisis genéticos con marcadores mitocondriales indican que ha existido flujo genético entre las poblaciones de cada orilla del río Magdalena. En este contexto, el presente estudio tiene como objetivo principal evaluar la influencia de las barreras geográficas y el aislamiento por distancia sobre la estructura genética de A. hybridus en Colombia, mediante el análisis de secuencias del gen citocromo c oxidasa subunidad II (COII) y la región hipervariable 1 (HVI) de la sección mitocondrial D-loop. Es fundamental comprender el efecto del aislamiento geográfico en la divergencia genética de esta especie, ya que esta información es clave para el establecimiento de prioridades de conservación que tengan en cuenta la diversidad genética de las poblaciones.