El 8 de julio de 1974 fue nombrado como Obispo de Zipaquirá y tomó posesión de la Sede el 14 de septiembre del mismo año; su mayor preocupación fue la organización pastoral en todas sus áreas: profética, litúrgica, social, vocacional y familiar; se preocupó por la vinculación de la juventud en el apostolado; se interesó igualmente por la integración de los religiosos y religiosas a la pastoral diocesana, así como a la cohesión y fraternidad del clero diocesano.