Empezó su vida laboral en la Colombiana de Tabaco y luego de tres años, de modo imprevisto, ingresó en el seminario para vocaciones tardías y se ordenó como sacerdote en 1954. Viajó a Lovaina, Bélgica, para estudiar Ciencias Sociales y regresó a Colombia a ejercer una amplia labor en el campo sindical y en el apoyo humano y espiritual a la clase obrera y a los más débiles y desfavorecidos. Fue asesor de varias centrales de trabajadores y participó, en representación de la Iglesia Católica, en acercamientos de paz con el M19, el Quintín Lame y la Corriente de Renovación Socialista entre 1988 y 1996. Intervino en la liberación de muchos secuestrados, poniendo en riesgo su vida.