Nacido en 1910; hizo su bachillerato en Bélgica y Alemania y luego su carrera médica en la Universidad de Hamburgo, donde se graduó con honores en 1936. De ahí en adelante siguió estrictamente su carrera de interno, residente, jefe de clínica y profesor agregado ("privatdozent") en Medicina Interna del hospital universitario, donde eran más y más reclamados e indispensables sus servicios, ya que, como extranjero e hijo de diplomático, no podía ser enviado a los frentes oriental y occidental donde combatieron y hasta murieron o fueron hechos prisioneros muchos de sus jóvenes colegas. En Hamburgo se vincula también con el Instituto de Patología y Cáncer, donde se había encontrado con Juan Pablo Llinás y Daniel Brigard en 1933-1934. De esa época recordaba que, recién inventado el microscopio electrónico, el prototipo construido por la Siemens fue llevado a su hospital, donde cada día médicos y visitantes se asombraban de la ultraestructura revelada por magnificaciones nunca antes logradas con la microscopía óptica. Pero su profesor de Hematología, un curtido alemán de la época de Naunyn y de von Bergman, se resistía a admitir esos progresos y un día le dijo: ¿No se da cuenta, Herr Carrizosa, que todas esas nuevas cosas (cromosomas, microsomas, retículo endoplásmatico, mitocondrias) ya las habíamos visto y descrito con la microscopía de luz? Esta verdad de Perogrullo la subrayaba Rafael con su escasa sonrisa, entre tímida y disimulada que, detrás de su responsabilidad como clínico e internista, traicionaba su exquisito sentido del humor.