Con la cuarta parte restante de mis bienes formarán mis albaceas o a falta de ellos, mi heredera, una Fundación, domiciliada en Bogotá, para la cual conseguirán la respectiva personería jurídica, y se denominará Fundación Alejandro Ángel Escobar.Fragmento del testamento de Don Alejandro Ángel Escobar, 1 de abril de 1949.
... a nombre de mis compañeros, que el breve pero gratísimo contacto con la Fundación Alejandro Ángel Escobar nos ha llenado de fe en su destino, en su utilidad, en su importancia para la nación colombiana. No debo callar, a pesar de prohibiciones expresas en contrario, que en el testamento de Alejandro Ángel Escobar hay otro grandísimo acierto, en relación con la Fundación que lleva su nombre. Es el de haberla puesto bajo la dirección de su esposa, Doña María Restrepo de Ángel. Todos saben aquí cuál fue la influencia y la participación excepcional de Doña María en la brillantísima carrera de Alejandro Ángel. Con la misma, y si ello fuera posible, tal vez más devoción, cuida ahora la memoria y guarda la voluntad última del ser bienamado. Administradora eficacísima, la Fundación está en las mejores manos que nunca dejarán de guardar su intención nobilísima con el afecto con que se cuida la llama de las lámparas votivas. A ella, y a la Fundación, en este día memorable en que se otorgan los primeros premios de ciencia y beneficencia, a nombre de mis compañeros, y también a nombre de todos los colombianos, le rindo el tributo de mi admiración.Alberto Lleras, 17 de mayo de 1955